sábado, 17 de abril de 2010
tecnicas hidroterapicas
La hidroterapia puede aplicarse tanto en forma motriz, es decir, de forma externa y utilizando y aprovechando la fuerza y propiedades del agua, como en ingesta, es decir, mediante el consumo regulado y controlado de aguas medicinales o de manantiales con características y propiedades específicas.
CHORROS.
Aplicados a zonas específicas del cuerpo, extienden sus efectos a distintas partes del cuerpo. Encontramos dos tipos de chorros:
-De superficie: Actúan ejerciendo poca presión sobre el sujeto, proporcionándole un eficaz manto térmico de agua. Este manto puede ser frío (agua hasta 18 º C), templado (entre 18 y 22º C) o caliente (hasta 36 - 38º C). Los encontramos también ascendentes, que partiendo de la temperatura corporal llegan hasta 42º C.
-De presión: Además de la estimulación térmica actúan también, de forma mecánica, la presión del chorro sobre el organismo. Se deben ajustar la distancia y la presión del chorro.
Efectos.
Los chorros producen una estabilización de la temperatura corporal por el efecto que ejercen sobre capilares, venas y vasos linfáticos. Según el lugar donde los apliquemos ejercen influencia sobre una u otra parte del cuerpo. Así los chorros de rodilla y muslo actúan sobre la vejiga y las hemorroides, junto a los órganos del vientre y la pelvis. Los chorros de brazos, pechos y espalda actúan sobre órganos respiratorios y cardiovasculares. Los chorros de nuca y lumbares actúan sobre la tensión muscular de la columna vertebral. Los chorros faciales o de embellecimiento ejercen influencia en enfermedades crónicas de vías respiratorias superiores, así como en los senos frontales y maxilares.
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